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Feminicidios máxima expresión de violencia contra las mujeres en El Salvador una condena por ser mujeres

A pesar de estar tipificado como delito la máxima expresión de violencia contra las mujeres, los feminicidios sigue a la alza en lo que va del 2018. Según datos de la Policía Nacional Civil son ya 225 mujeres las que han perdido la vida a manos de sus parejas.

Y es que se trata de hechos brutales cometido en contra de la vida de sus parejas, compañeras de vida, sus esposas o convivientes cercanas estas mujeres han muerto a manos de sus compañeros de vida, de forma brutal desde asfixiarlas, apuñalarlas, desaparecerlas y desmembrar sus cuerpos para no dejar rastro de quienes cometen estas fechorías.

En lo que va del 2018, hemos conocido casos escalofriantes. Por ejemplo el de la Periodista Karla Turcios, una joven que fue estrangulada por su pareja y que posteriormente fingió en redes sociales iniciar una intensa búsqueda.

Katerín Cárcamo fue asfixiada con una almohada por su pareja en la casa donde residían. El agresor escapo y días después fue capturado.

Joselyn Abarca, una joven casi egresada de la carrera de Psicología fue asesinada y su cuerpo desmembrado por su pareja, quien lo dejó tirado en diferentes partes de la capital. El agresor está detenido.

Uno de los más recientes casos es el de la administradora del Mercado Municipal de Agua Caliente en Chalatenango, Blanca Iris Rivera, donde su pareja la asesinó de varios disparos, cuando se encontraba en su lugar de trabajo.

En El Salvador en los últimos años se evidencia una conducta de descomposición social donde la vida de las mujeres no vale nada. El simple hecho de ser mujer les condena a morir a manos de sus parejas, a ser víctimas de violencia en el ámbito privado (su casa) y en el ámbito público expuesta a una violencia social que atañe a la sociedad entera. En su mayoría estas mujeres están dejando niños sin su madre y con un padre acecino, además del trauma psicológico que desde la niñez están enfrentando, cicatrices imborrables aunque pasen los años.

Estos hechos en contra de las mujeres reflejan la insensibilidad al dolor de las mujeres, culpabilizando a la mujer y haciendo ver que el cuerpo de la mujer es un territorio en disputa de los hombres productos del patriarcado arraigado culturalmente.

Uno de los factores que deja al libre albedrío la conducta machista de los hombres es el débil sistema de acceso a la justicia para las mujeres, medidas cautelares que no funcionan ni garantizan la seguridad de las mujeres y la falta de una estrategia de protección a víctimas de violencia.

Como Movimiento Salvadoreño de Mujeres demandamos al Estado Salvadoreño un papel más beligerante la inmediata aplicación de las leyes que protegen la vida de las mujeres, exigimos la investigación exhaustiva para una pronta y cumplida justicia. ESTOS Y OTROS HECHOS NO PUEDEN QUEDAR IMPUNES.

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